lunes, diciembre 14, 2009

Congreso, ¿muda de piel?

De los 50 diputados que conforman la LXI Legislatura de Veracruz, podrían ser hasta 20 los que pidan licencia para contender por una presidencia municipal y en su mayoría son los que pertenecen al partido Revolucionario Institucional. Aunque apenas hace dos meses 12 priístas declaraban sus pretensiones políticas, a partir de que los medios informativos lo hicieron del conocimiento público, el asunto pasó a ser un rumor de pasillos legislativos y cuando algún diputado era cuestionado, la respuesta era la misma: “Mi deber es cumplir con el publo veracruzano.”

Ayer, un cable de Notimex informó que el diputado priísta Fernando González Arroyo había declarado que él no buscaba la presidencia municipal de Martínez de la Torre en este 2010 porque su deber era cumplir con los electores que decidieron que él fungiera como diputado. Pero también dijo que no podía asegurar lo mismo por sus compañeros de partido, quienes: “Tienen posibilidad de ir a contender por las alcaldías.” Pero como si previniera una avalancha informativa, expresó que hasta el momento no se tienen avisos oficiales de que alguno de sus compañeros esté a punto de solicitar licencia.

Pero si bien en el argot del narcotráfico se llama “chapulines” a los sicarios, recaderos o transportistas que trabajan para un cártel y a cambio de un mejor salario se “brincan” a otro, en el terreno de la política se aplica aquellos funcionarios a quienes se aplican candados para evitar que dejen sus puestos antes de concluir sus gestiones. Se trata, pues, de evitar “los brincos.” Y cuando se aplica esa ley, los primeros en “brincar” por motivo de protesta eran los que pueden ser afectados y el alegato es que tienen derecho a la libertad de votar y ser votados.

En la entidad, antes de la “ley chapulín” uno de los investigadores de la Universidad Veracruzana denominó el asunto como un “trapecismo político.” Fue al principio del sexenio del gobernador Fidel Herrera Beltrán, pero el términó cayó en el olvido por dos motivos. Primero fue porque el analista político solicitó no se revelara su nombre, aunque autorizó que se citara al Instituto de Investigaciones Históricas y Sociales como uno de sus lugares de trabajo. En segundo lugar, porque el secretario de Gobierno, Reynaldo Escobar Pérez, desmintió al “supuesto investigador” y dijo que en actual gobierno no había nada de “trapecismo” y que la cuestión era tan sencilla como quien no cumpliera con su trabajo, se iba.

Pero con “ley chapulín” o cuerda de trapecio, con o sin red, en la actual legislatura los priístas llevan la delantera en solicitud de licencia. La lista: Francisco Bonilla Portilla, distrito de Córdoba; Eliseo Bravo Gracián, Cosamaloapan, quien ya regresó; Martín Cristóbal Cruz, de Tuxpan; Patricio Chirinos del Ángel, de Pánuco; Carolina Gudiño, de Veracruz y Sergio Lorenzo Quiroz Cruz, plurinominal. Asimismo, los panistas María del Rosario Guzmán Avilés, plurinominal y Alba Leonila Méndez, plurinominal y, el perredista Fredy Ayala, plurinominal.

La actual legislatura de Veracruz ya mudó una parte de sus diputados. Pero si las licencias se llegaran a concretar, significaría que de nueva cuenta, será casi la mitad de los diputados del Congreso veracruzano los que tendrán que avisparse de nuevo y aprender las tareas legislativas. Esto sucederá en un Congreso donde hay demasiado ausentismo, donde en las 13 de las 15 glosas que van del V Informe del gobernador Herrera Beltrán, hubo ocasiones en que la comparecencia iniciaba con apenas los tres diputados de la comisión y dos en curules, siempre las priístas Bernardina Tequiliquihua y Ángela María Perera Gutiérrez, la última, diputada que llegó para suplir a Carolina Gudiño.

Y en meses pasados, se manejó una probable lista de aspirantes a las presidencias municipales. Entre los diputados que dejarán sus curules para participar en la contienda municipal se encuentran: Fernando González Arroyo, por Martínez de la Torre; Marilda Rodríguez Aguirre, por Vega de Alatorre; Gonzalo Guízar Valladares, por Coatzacoalcos; Manuel Rosendo Pelayo, por San Andrés Tuxtla; Leopoldo Torres, por Minatitlán; Mario González Figueroa, por Acayucan; Tomás Rubio, por Tierra Blanca; Joel Arcos Roldán, por Perote; Jorge Morales Trinidad, por Tantoyuca y Elías Benítez Hernández por Ixhuatlán de Madero.

Sin contar a los diputados panistas y al perredista Freddy Ayala, de quien también se comenta que en cuanto salgan las convocatorias de su partido, dejará la curul para ir tras la campaña política. Y a la lista del Revolucionario Institucional habrá que añadir el nombre de Héctor Yunes Landa, quien “si y sólo si ve favorecido para contender por su partido en la renovación de la gubernatura,” pedirá licencia.

Veracruz, “un estado que lo tiene todo,” como lo dice un promocional del mismo gobierno del estado, no sólo tiene que presumir a su actual legislatura. En otros niveles de gobierno también las licencias o los puestos públicos a medias están a la orden del día. Javier Duarte de Ochoa, ex Secretario de Finanzas, renunció a su cargo para convertirse, primero en candidato y luego el diputado federal por el distrito de Córdoba... la lista puede continuar.