lunes, febrero 01, 2010

Mercados sobre ruedas, una bomba de tiempo

Guadalupe prefiere omitir sus apellidos porque tiene tres hijos qué mantener y el mayor, apenas estudia en la escuela secundaria: “Como ve, pues todavía nos falta mucho para abrirles paso por la vida y capaz que por decir mis apellidos algunas personas lo entiendan mal.” Ella está casada, además de atender las labores de su hogar, se dedica al comercio informal, de “chacharera” en los tianguis sobre ruedas.

“El asunto es el siguiente, en los mercados, las personas que comercian con la verdura no permiten que nosotros pongamos nuestros puestos, llegan más temprano y ya no permiten que uno se instale.” Guadalupe explicó que las autoridades les han expresado que si pertenecen al grupo de vendedores “chachareros” que están relacionados con la supuesta lideresa Rosa Murrieta, pues no hay permiso de que se venda.

“Rosa Murrieta es nuestra líder, los ‘chachareros’ la apoyamos, pero ya no nos dejan ponernos en los lugares que nos correspondían y lo que menos nos interesa es perjudicar a los conductores o a los peatones, pero vendemos algunas cosas para el sostén de nuestros y yo digo que no se vale porque todos tenemos derecho a trabajar.”

La vendedora aclaró que es durante las instalación de los tianguis o mejor conocidos como “mercados sobre ruedas” cuando se dan las fricciones entre los vendedores, ya que es cuando realmente se definen los espacios. Según el relato de la mujer, es alrededor de las cuatro o cinco de la madrugada cuando los comerciantes de verduras ya están instalados en los lugares que por costumbre, o por uso y tradición, les correspondía a ellos y dijo que en otras ocasiones, las autoridades enviaron a un equipo de granaderos.

“Ya hubo granaderos, nada más llevaban escudos y eso no lo sacó nadie, en los periódicos. Fue en diciembre pasado y el ayuntamiento no ha hecho nada hasta el momento, pero esto no se sabe porque obviamente sucede en la madrugada y son las horas en que todo son pleitos.” Finalmente mostró parte de los artículos que ella vende, en aquella ocasión llevaba una lámpara de brazo, un poco ajada, la remataba en 20 pesos, era el artículo más caro.