lunes, junio 20, 2005

Los quintillizos de Metepec

Primero el embarazo múltiple y después el nacimiento de 5 niños. El padre, de ocupación chicharronero, oriundo de Metepec, estado de México, agradece encarecidamente los buenos sentimientos del pueblo de México, resultado del morbo de Televisa (antes que otros) quienes transmitieron a nivel nacional el acertado tino de aquel hombre que percibe dos mil cuatrocientos pesos al mes. Aunque de todas formas, con morbo o sin él, es noticia de pasto común el nacimiento de cinco niños —siempre y cuando provengan del mismo vientre y se trate del mismo embarazo (múltiple, le llaman los entendidos)— y de todas formas se añade a las estadísticas de natalidad.
Para deducir estamos buenos. Pero el sueldo que percibe el afortunado padre, o desangelado hombre, no alcanza ni siquiera para mantener a la esposa (si es que ella depende de él) y ahora la cifra se convierte en una bicoca. Si de aquel encuentro pasional un solo esperma hubiese fecundado al óvulo, pues que se las arregle como pueda y Dios le dé a entender. Pero no, los progenitores saben que amén de la incomodidad de recibir reporteros y convertirse en sujetos para transmisiones microondas (en vivo) algo habrá de ganancia, porque de todas formas, bocas que alimentar, ya son muchas.
En su noticiero matutino, Carlos Loret de Mola lo entrevistaba ayer. Preguntón y compasivo, el periodista solicitaba una crónica de lo que había resultado de su primer “día del padre” de cinco criaturas. El pobre hombre, amedrentado quizá por el cablerío y equipo técnico que supone un enlace en vivo, se contentaba con responder: “bonito”. Y la mujer añadía un: “ajá”. Pero si no fuera por los escándalos que Pro-Vida ha tenido que sortear, allí estarían los muy hipócritas, entregando públicamente una dotación de mamilas y protestando porque alguna asociación marrana (para ellos) ya les estaría ofreciendo un curso de sexualidad y una generosa dotación de condones. Saben ustedes que cuando Dios y el Diablo se juntan para discutir, a veces resultas noticias muy divertidas.
Aquellos serán el ejemplo de moda para la familia mexicana, claro, hasta que Televisa se canse y TV Azteca no salga con la recreación de la concepción de los niños. Luego, para no variar, el olvido. ¿Acaso existe un seguimiento que informe sobre las quintillizas que nacieron en agosto de 2004, en el hospital de Petróleos Mexicanos, en Azcapotzalco? Algunos dirán que deja de ser noticia porque regularmente se trata de bebés prematuros y con escasas posibilidades de vida. Las cifras señalan que la probabilidad de quintillizos es una entre 54 millones de “eventos obstétricos” y según los registros mexicanos, de 1927 a la fecha, se han consignado alrededor de 25 casos. Así que sin alarmas, no fabricamos en serie, aunque sí en serio. En nuestro país, la empresa Gerber, por ejemplo, premia el esfuerzo de progenitores de trillizos en adelante. Les regala sus productos durante un mismísimo año (¿algún panista retrógrada será accionista mayoritario en México?) con tal de que llenen unas cuantas formas burocráticas y demuestren un nivel de escasos recursos. Total, que a la hora de los embates de la vida, los padres —suponemos— son quienes dan la cara.