viernes, noviembre 04, 2005
Protocolo para una disco
Uno. En caso de recibir, por vez primera, una invitación a pasar una noche en la discoteca, pregunte a quien le convida si el evento de trata de graduación, fiesta de quince años, inicio o fin de algún curso, despedida por intercambio cultural en Canadá, primer sueldo, ligue, ruptura de la lazos amorosos, transmisión del partido donde jugará la selección nacional, pelea de box, pretexto para no ir solo o simple borrachera.
Dos. Si fuma continúe; si no, vaya al siguiente apartado. Cerciórese de comprar una dotación de cajetillas cuyas marcas formen parte del catálogo de aceptación del ambiente al que usted se dirija. En caso de dudas será mejor que verifique gustos y preferencias en cualquier cafetería de universidad privada o instituto de formación superior.
Tres. En caso de asistir a un sitio con estacionamiento propio, se recomienda llegar en auto, para evitar las tediosas filas de espera y revisiones a las que someten a los asistentes que llegan a pie.
Cuatro. Si su gusto y/o bolsillo le permiten beber güisqui, brandy, vodka u otros, olvídelo. La bebida es la cerveza. Al menos que al momento de ordenar sus amigos hayan decidido comprar una botella, no cometa la locura de pedir una copa. Le tacharán como una persona “fresa”. En todo caso, el riesgo que usted puede tener es degustar una bebida nacional mientras piensa que los productores europeos se hacen más ricos gracias a su delicado paladar y honda garganta.
Cinco. No critique la indumentaria de nadie. Recuerde que el porfiriato es parte de la historia y el acceso a cualquier lugar se determinada por la cantidad monetaria, no por la clase social.
Seis. Sólo en caso de haber comido frijoles charros o paella valenciana, vaya preparado con una generosa dotación de papel sanitario. Recuerde que la revisión a la entrada es para su seguridad y los vigilantes le confiscarán la droga (puesto que la de casa es mejor que las porquerías que usted lleva), armas de fuego y/o punzocortantes.
Siete. El personal de seguridad es su mejor amigo. ¡No los provoque! Haga de cuenta que camina tranquilo por la calle y se le aproxima una camioneta blanca, de esas de la Procuraduría de Justicia. Usted no se atrevería a desafiarlos, ¿verdad? Si es hombre, invíteles una “chela”; de todas formas no se la aceptarán porque están en horas de trabajo, pero quedarán agradecidos. Si es mujer, ni les guiñe el ojo; la indiferencia es su mejor arma.
Ocho. Para mujeres. Al baño, como en la escuela primaria, se va acompañada; de lo contrario, los galanes al acecho pensarán que busca compañía.
Nueve. Para hombres. ¡Cuidado! El uso de la democracia se ha malentendido. Al baño se va solo; de lo contrario no se espante si le hacen insinuaciones de una posterior entrevista en los bajos del Parque Juárez.
Diez. Baile sin moverse demasiado. Las suelas de sus zapatos o los codos pueden alterar el temperamento de algún chico con apellido de nombre de tienda comercial. Cui-da-do, los guaruras o el chofer están donde menos lo imagina: atrás del impertinente que molestó al niño.