jueves, mayo 18, 2006

En Humanidades: las divas y sus poemarios


Una y otra vez iremos por las calles,
las mismas calles
y otras que nuestros pasos inauguren
con su ruido importuno,
para que el mundo ruede,
para que la ruina cambie de paisaje.
Maliyel Beverido


Jueves y viernes de poesía en uno de los auditorios que albergan a las escuelas de Humanidades en la ciudad de Xalapa. Ya se sabe que en las escuelas cuya oferta curricular es la literatura, no es de esperarse que se organicen este tipo de eventos; que los escritores sean convidados a leer fragmentos de sus obras, a charlar con los alumnos sobre su trabajo creativo o académico e incluso a impartir cursos o talleres. Es lo menos que se espera de una institución así; que además de su planta de profesores abra sus puertas para que los hacedores de la literatura contemporánea lean y conozcan a sus posibles lectores. Y qué mejor cuando de escritores locales se trata; pues aquí como dice Mario Muñoz, uno de los académicos de la facultad de letras, de la Universidad Veracruzana: “Cuatro o cinco, mil o cien mil, pero todos tenemos cautivos a un número determinado de lectores”.
La facultad de letras y el Ivec han organizado, para este jueves 18 de mayo y mañana viernes 19 un encuentro con la poesía y sus creadores, al que le han llamado: “El poema y su escritura”. No es un título muy original que digamos, pero si entendemos que los académicos no saben de publicidad, pues qué le vamos a hacer. Pero quizá lo sabroso de este acontecimiento no sea un título sino el triunfo de sentar, frente al público, creemos y esperemos que sin mucha disciplina, a nueve capullitos ( ¿escribí “capullitos”? cuando lo lean, si es que se enteran de esta columna, me van a mentar la madre) que se dedican a forjar la poesía femenina en Veracruz Allá voy, ya sé que no se trata de estudios de género y que eso de poetas, poetisas y quién sabe qué cosas nada tiene que ver con que Malva Flores, Maliyel Beverido, Silvia Sigüenza, Nadia Escalante, Giovanna Mazzoti, Silvia Tomasa Rivera, Margarita Salazar, Nati Rigonni y Marianne Toussaint… amén, discurran sobre su trabajo y por supuesto, sus poemas.
Yo no sé cómo le hicieron los organizadores para sonarle a cada una las campanitas y encenderles los reflectores. A la mayoría de ellas las he tratado, por separado; con algunas sostengo amistad y conozco sus propuestas literarias, que amablemente han permitido sean publicadas en el suplemento cultural de esta casa editorial. Sin decir nombres, yo le hubiera llamado al numerito así como he titulado la columna. Es obvio que ninguna comete los excesos públicos que se permitía doña Guadalupe Amor, o Pita, como todos le llamaban; tampoco sé muy bien si viven en un estado de permanente melancolía, o si duermen con un somnífero de por medio. Pero de que se reunirán nueve exquisitas y con demasiada metralla cada una, es una seguridad.
Recuerde, hoy jueves y mañana viernes (ni modo que sábado, ¿verdad?) a partir de las 11 horas, las poetas irán con sus cartapacios en mano para que las letras allí presas se conviertan en palabras. ¿Habrá que ponerle cadenas a algún Ulises? Después del presento texto, ¿algunas me seguirán dirigiendo la palabra?