jueves, noviembre 16, 2006

Inicia en Xalapa el 26 Foro Internacional de la Cineteca


Doce tardes son las que abarca la singular muestra de cine internacional que inicia este jueves 16 de noviembre en la ciudad de Xalapa. Organizado por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, el 26 Foro Internacional de la Cineteca llega a la capital del estado de Veracruz gracias a las gestiones de la Universidad Veracruzana (a través del departamento de Cinematografía) y del DIF Estatal; tiene como sede al centro cultural El Ágora de la Ciudad —en el florido corazón de Xalapa— y la exhibición, por filme, es de tres funciones diarias con horarios de 16, 19 y 21. El costo es de 35 pesos y las instalaciones son de lo mejor que existe, al menos en esta ciudad. Lamentablemente, para algunos, no hay zona VIP, ni modo. Pero si a usted no le gusta el cine “raro” pero desea pasar por gente de mundo, esta se trata de una oportunidad inigualable, porque al final se terminará convenciendo que el mundo no inicia en Hollywood ni se termina en la confitería instalada a la entrada de la sala.

Lo cierto es que se trata de un opción diferente (para quien no acostumbra asistir a estas maratónicas muestras) ya que será muy difícil que las grandes corporaciones que han hecho de las salas de exhibición en México un monopolio de altos costos —los morelianos Ramírez, caciques de Cinépolis, por ejemplo— apuesten por incluir estos filmes en sus carteleras. Y si alguno de estos trabajos llegara a las salas “comerciales”, entonces será en dos o tres años, cuando la cinta coseche varios premios y los exhibidores sepan que no irán a números rojos. La última y vergonzosa opción es aguardar a que los vendedores de discos “piratas” se animen a la reprografía de cierta película de origen sueco y polaco —como La travesía (Ninas resa) de la directora sueca Lena Einhorn y que se proyecta el 25 de noviembre— y entonces llevarla a casa. Pero usted sabe ¿cuándo los piratas van a copiar una película que no se conseguirá ni en el mítico bazar de El Chopo? Pues quizá el 30 de febrero.

Y es verdad que muchos nos embaucamos con la idea sucedánea de los productos dietéticos. Pero así como beber un vaso con refresco de cola, bien frío y con toda el azúcar que le atiborran en la embotelladora, es atragantarse de refresco como Dios manda, igual sucede con el cine: pantalla grande, oscuridad de una sala y desde una butaca... pero en este caso, sin golosinas y otras chucherías, porque en el auditorio del Ágora de la Ciudad no se permite el consumo de alimentos dentro de la sala. Pero veámoslo con actitud positiva, imagine que el 28 de noviembre dice: “Hoy, que es la última función del foro, voy a ver La guerrilla y la esperanza: Lucio Cabañas” Y usted se adentra en la historia que lo lleva hasta la sierra de Guerrero, que junto con las imágenes empieza a reconstruir la memoria y la lucha de aquel personaje cuando de pronto: huele a queso derretido de los nachos que la gorda de al lado se va a comer, suena el “splissssss” de la lata de refresco del viejito que está en la fila de atrás, y usted ya no sabe, porque así pasa, si ver hacia la pantalla o cerciorarse si la llegó al inmisericorde fondo de la cubeta de palomitas que tiene entre las manos.

Mejor ya ni le seguimos. Asista al cine y vea que en esta ocasión el banquete de este 26 foto tiene de todo, y si no me cree, del 16 al 28 de noviembre, en la sección de cultura de este periódico, le entregaremos, diariamente, la sinopsis, crítica, testimonio del director y algunos fotogramas de la cinta que corresponda a exhibirse. Pretextos faltarían, los motivos, como canta Joaquín Sabina: sobran.