miércoles, febrero 14, 2007

Los saldos de Valentín: paranoia petrolera



Posiblemente los festejos por el día del amor y la amistad no quedaron con saldo blanco: se supone que además de algunas bancarrotas habrá uno que otra fecundación de óvulo que si la píldora del “otro día” no es ingerida a tiempo, la carne dará sus frutos allá por noviembre. Pero hoy nos amanecemos con la noticia de que las instalaciones, oleoductos, plataformas y transportes petroleros del país son el posible blanco de la red terrorista Al Qaeda.

Según la información emitida por agencias canadienses —uno de los países amenazados— la red terrorista hizo público que las industrias petroleras de los países que surten de crudo a los Estados Unidos pudieran ser blanco de futuros atentados. México está en la lista y los respingos no se hicieron esperar. El presidente Felipe Calderón ya declaró que pondrá manos a la obra, pero ¿acaso amenaza un nuevo operativo, esta vez en contra de los terroristas? Aunque en la cámara de diputados, Emilio Gamboa Patrón opinó que no es para menos: “hay que estar preparados y preocupados” pero con acierto, agregó que a fin de cuentas las fuerzas armadas del país fueron muy bien atendidas en la aplicación presupuestaria de este 2007.

Y lo que dijo el diputado es completamente cierto, los “guachos” recibieron más dinero en detrimento de los culturosos quienes, por más gemidos y desgarre de vestiduras, tuvieron que aguantarse los pucheros y conformarse con menos. Bueno, y es que en un país donde las editoriales se resignan a imprimir sólo quinientos ejemplares por título (y no crea usted que hablo de los menudos y casi caprichosos negocitos de montar una editorial, instituciones como la UNAM ya enfrentan lo mismo) y cuyo futuro poblacional es la maquila, ¿para qué carajo necesitamos tantos libros y festivales y conciertos y coloquios y encuentros y estudiosos? Soldados bien comidos y un pueblo ignorante son la mejor combinación para que los gobernantes mezquinos y los demagogos hagan de las suyas.

Y ahora que los soldaditos ya tienen más llena la alcancía y con la bendición del señor presidente (y quizá la de muchos obispos) andan repartiendo tiros por medio territorio nacional con motivo del operativo contra el narcotráfico, les sale otra chamba. Ni modo, a cuidar también las instalaciones petroleras y pobre de aquel, disfrazado de árabe, que se aproxime a un puesto de vigilancia, porque antes de comenzar las averiguaciones, primero es la madriza segura. Así que sobre advertencia no hay engaño, y si durante las fiestas del carnaval les da por disfraces del Medio Oriente, mejor habrá que pensarlo dos veces. Total, para disfrutar del asunto no hay más que echar imaginación: se puede optar por salir a la calle ataviado de “Cocuyo” (basta desnudarse y meterse una lámpara de pilas en el culo) o de “Chupirul” (la misma técnica del “cocuyo” pero en lugar de lámpara, un palo de escoba y claro, la piel embarrada con miel).

Pero bueno, la cuestión es que en México iniciaremos la alerta roja por la amenaza terrorista. Y seguramente los líderes del sindicato petrolero y los altos funcionarios de PEMEX redoblarán sus esfuerzos para sangrar un poco más y contratarán escoltas más capacitadas, nuevos chalecos antibalas y mejores blindajes a los autos. Porque estamos seguros que ellos no se atreverían a salir a la calle tan desprovistos como aquel que asiste al carnaval disfrazado de “Cocuyo” o “Chupirul”.