Era 27 de marzo del año 2005. El director de divulgación artística de la Universidad Veracruzana, el vocero oficial de la Arquidiócesis de Xalapa, los funcionarios estatales cuyos encargos tienen que ver con la educación y la cultura y la crema y nata católica, respingada y anti-melómana; tuvieron que asistir al primer numerito del entonces novísimo Festival Pascua Florida. Del que se entiende era la primera emisión.
Aquello se promovió como una buena idea y en la entonces anticipada rueda de prensa, Manuel Zepeda Ramos y el sacerdote Quintín López, anunciaron el noviazgo formal de algunos músicos de la Universidad Veracruzana con algunos templos de la Arquidiócesis de Xalapa, del 27 de marzo al 1 de abril. El festival de música sacra se desarrollaría en templos de Xalapa, Coatepec, Xico, Teocelo y Naolinco.
La intención siempre fue buena. El director de ese primer “Festival de Música Sacra Pascua Florida” era el músico Antonio Tornero, quien además despachaba como miembro del cuerpo de concertistas de Bellas Artes, profesor de la Escuela Superior de Música del INBA, director artístico de la Camerata del México Contemporáneo, director y fundador de la Orquesta de Guitarras del INBA. Pero el maestro dejó la organización del festival en Xalapa. Ahora despacha al frente del Instituto Superior de Música del Estado de Veracruz; pero esa ya es otra historia.
El caso fue que mientras en la Catedral de Xalapa ocurría el primer número musical del primer festival, hasta el alcalde Ricardo Ahued, poco dado al consumo cultural de lo que Veracruz produce, declaró que “la paz que se recibe al escuchar música sacra es invaluable”. Él y otros funcionarios apostaban a esta festividad porque creyeron que iba a generar turismo y que la región se convertiría así en un imán (aunque de tipo muy “culto”) capaz de competir con el magnetismo de las zonas costeras, en las fechas de semana santa. Ni lo uno ni lo otro, porque como sucede siempre con estos festivales, todos se alzan el cuello a la hora de las fotografías pero nadie se compromete a invertir a futuro. La muestra está en que el dichoso festival no llegó a la tercera emisión, que correspondía a este 2007.
Insisto en la primera función, en 2005. Esther Hernández Palacios, directora del Instituto Veracruzano de Cultura, en un derroche de esperanzas, dijo que la idea podría funcionar, ya que en una región tan llena de católicos, la “cultura” se extendería a las iglesias. Quizá los que asisten a un concierto de la sinfónica de Xalapa no vayan a misa, o viceversa… o… quien compra un boleto para asistir a una obra de teatro donde actúan los artistos que trabajan en las telenovelas, no compraría, ni de chiste, una entrada para ver el teatro universitario. ¿Quién fue primero en la “Atenas veracruzana”, el huevo o la gallina?
Para la segunda emisión del festival, en abril de 2006, hasta el gobernador cruzó la calle, de Palacio de Gobierno a la Catedral, un poco tarde (para no variar), saludó de mano al arzobispo Sergio Obeso y entró para escuchar el primer concierto de la segunda y musical pascua florida. Que por cierto, era dirigido por Benjamín Juárez Echenique, un músico que “ha dirigido a la Orquesta Sinfónica del Estado de México y a la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México, además de haber fungido como director musical del Gran Festival de la Ciudad de México y de ocupar cargos en diversas instituciones culturales y educativas”. Pero qué directores tan ocupados tuvieron las dos emisiones del fallecido festival. ¿Será por eso que no se llegó al tercero, porque no se encontraron a una persona con la agenda tan apretada?
Juárez Echenique, cuando se anunció la segunda emisión, dijo que se trataba de un festival en vías de consolidarse, al grado que se proyectaban alcances nacionales e internacionales, porque esto era único. ¿Cómo a alguien con tanta experiencia se le olvidaron de pronto los festivales de Morelia y de San Miguel de Allende, por ejemplo? El caso fue que el funcionario, en septiembre de 2006, ganó la convocatoria para ocuparse de la dirección del Centro Nacional de las Artes. Así pasa cuando sucede