Foto: Ricardo Ramírez Arriola
François Ozón es uno de los cineastas más controvertidos y menos introvertidos. En lo particular, sus filmes me parecen de un acercamiento aterrador al epicentro de la naturaleza humana, porque él dirige su mirada hacia zonas o situaciones a las que jamás quisiéramos volver. Pero también da trazas de humor ácido y en su largometraje “La piscina” (2003), una estupenda Charlotte Rampling, que hace el papel de una escritora de novelas policíacas, discute con su editor sobre los premios literarios y le dice: “Tú me has enseñado que los premios son como las hemorroides, tarde o temprano uno termina adquiriéndolos”.
Desconozco si Elena Poniatowska tiene aquellas afecciones, pero lo que sí nos consta es que el siglo XXI le ha sonreído con aquello de los premios. En el año 2001 la editorial Alfaguara le otorga el Premio de Novela, al siguiente año recibe el Premio Nacional de Ciencias y Artes y ayer, 26 de junio, el jurado que dictaminó la XV edición del Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos, eligió la novela “El tren pasa primero” y nombró ganadora a la “Poni”, como se le conoce en los círculos literarios. La escritora mexicana —a quién erróneamente la portada de la edición electrónica de El País, llamó “poeta”— recibirá el premio el día 2 de agosto, en la ciudad de Caracas y consiste en: diploma, medalla y cien mil dólares.
No fue simple, la novela de Poniastowska compitió con otras 227 del panorama literario hispanoamericano, siempre y cuando fueran publicadas entre el 1 de enero de 2005 y el 31 de diciembre de 2006. La princesa Elena Poniatowska —tiene un título nobiliario, no es mote— no fue la única mexicana que concursó en esta emisión del premio, lo que habla muy bien de la factura de su novela. Fíjese, también iban, por mencionar a los más conocidos: Aline Petterson, Carmen Boullosa, Francisco Martín Moreno, Jorge Volpi, Alberto Ruy Sánchez, Vilma Fuentes, Ignacio Solares, Federico Reyes Heroles, Ana Clavel, Bárbara Jacobs, Gonzalo Celorio, Élmer Mendoza, Martín Solares, Ignacio Padilla, Enrique Serna, Pedro Ángel Palou y Guillermo Fadanelli; en total fueron 43 participantes mexicanos, es decir, casi el 20% de los candidatos. Sencillo no fue. Sin duda, esto habla muy bien del nuevo panorama de la narrativa mexicana y en un país de tan escasos lectores, es como para echar campanas al vuelo. Pero nadie saldrá con sombrero de charro o de campesino revolucionario, con la bandera mexicana pintada en las mejillas, a “medios chiles” y gritando: Viva México.
Antes de seguir, ¿cuál es la importancia del Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos? Independientemente de los cien mil dólares, fue creado en 1964 con la finalidad de honrar y perpetuar la obra del novelista venezolano Rómulo Gallegos. ¿Le suena desconocido? Quizá, si le menciono el título de la novela que más difusión ha tenido caiga en la cuenta, si no la ha leído posiblemente conozca la historia en versión fílmica: “Doña Bárbara”, escrita en el año de 1929. Pues bien, en la actualidad este premio es bienal y se otorga a partir de 1967, el primero en recibirlo fue Mario Vargas Llosa, por su novela “La casa verde”.
Revisemos quiénes lo han ganado, eso también nos dará una idea de la importancia de este galardón. En 67, Vargas Llosa; en 1972, Gabriel García Márquez; en 1979, Carlos Fuentes; en 1982, Fernando del Paso; en 1987, el argentino Abel Posse; en 1989, el colombiano Manuel Mejía Vallejo; en 1991, el venezolano Arturo Úslar Pietri; en 1993, el argentino Mempo Giardinelli; en 1995, el español Javier Marías; en 1997, Ángeles Mastreta; en 1999, Roberto Bolaño; en 2000, Enrique Vila-Matas; en 2003, Fernando Vallejo; en 2005 fue Isaac Rosa. Ahora la Poni. 4 mexicanos galardonados.
Pero como tiene su parte de puja, entérese: de las 228 novelas que participaron, 58 (poco más del 25%) fueron postuladas por la editorial Alfaguara. Cosas que pasan.