jueves, noviembre 29, 2007

El telefonito móvil, cacharro riesgoso


La telefonía móvil ofrece cada vez un mayor número de ofertas y los usuarios aprovechan la oportunidad, es parte de estar al día o permanecer en la moda. Aunque algunas asociaciones sin fines de lucro y con afán de servicio han sido específicas, la tentación de sacar el unto máximo de la inversión en teléfonos portátiles es siempre una barrera que no muestra resistencias. El usuario común ya no se conforma con el mero sonido de un timbre sino que, para demostrar hasta dónde valora su inversión, fotografía los rostros de las personas que tiene como contactos, asigna datos importantes de sus conocidos (nombre completo, dirección y hasta fecha de cumpleaños) y dispone, incluso, de un tono de timbrado para cada usuario; por si algo faltara, hay quienes optan por incluir videos con las gracias que hacen los pequeños hijos. Y por qué no, siempre es bueno tener cualquier cantidad de datos a la mano… sólo por lo que se pudiera ofrecer.

Pero son las asociaciones que tratan de prevenir el delito las que se han comportado de manera más puntillosa en los últimos años. Que no, que en la memoria del cacharro sólo incluyamos el primer nombre de los conocidos e iniciales de los apellidos, que nos abstengamos de fotografías y menos aún de los videos reservados más para la vida privada. Aunque si el apego o el cariño a la familia y a los seres queridos se demuestra por la cantidad de información con que se lleve consigo, la cartera o el monedero ya no bastan… ¿será conjuro, embrujo o simple chantaje sentimental traer las fotografías tamaño credencial aprisionadas entre las tarjetas de presentación de profesionistas a quienes seguramente nunca vamos a contratar? Hay que efectuar la prueba del humorcillo coloreado a rosa-sentimiento-de-coraza-desternilladora y observar que la realidad implicará cada vez más precauciones, ¿a qué se juega con extraviar o ser víctima de hurto de un teléfono con datos que revelan la identidad de la familia e incluso de otras personas más próximas?

Y como sucede en nuestro país, tenía que ocurrirle a los pupilos del palacio Legislativo de San Lázaro, los diputados, para que los senadores se pusieran de acuerdo y agilizaran desempolvar la ley sobre telefonía y que permitirá tener los datos de las personas que adquieren teléfonos móviles. Cuando unos truhanes intentaron chantajear a diputados federales, entonces ellos, turbados porque fuera real la amenaza de que sus hijos estaban secuestrados, comprendieron que en México se nubló el horizonte desde el día en que los aparatos de comunicación inmediata se vendían a tontas y locas, sin el mínimo de control. Y eso que la estupidez del expresidente Vicente Fox quiso emparejar la bonanza económica con la cantidad de teléfonos móviles que existen el en país, nada más la friolera de más de 59 millones de aparatos en un país donde hay sesenta millones de pobres. ¿Qué tal?

Pues que entonces sí van a controlar. Veremos adelante y no por ser mal´rvolos, pero ojalá y molestaran un poco más a los diputados.