martes, enero 22, 2008

PUNTOS SUSPENSIVOS...

Cuando al fin conquistaron Cartago, los romanos arrasaron la ciudad. “Delenda est Cartago” y punto. A partir de aquella lección los mortales comprendemos que ni siquiera el esplendor de una cultura es para siempre y debemos acostumbrarnos a los incendios, a los terremotos o a las pérdidas más cercanas.

Mi trabajo para el grupo Portal Comunicación Veracruzana concluyó el día 15 de enero del presente año, un despido y sin liquidación. Se terminó mi labor periodística en Milenio-El Portal. Fueron cuatro años y medio de coordinar la información cultural, el suplemento Laberinto-Veracruz y la columna Punto final. Pero como los nuevos directivos creen a pies juntillas que la divulgación cultural puede hacerse desde cualquier portal de Internet, pues como decimos en México: “Hasta no verte, Jesús mío”.

¿Decepcionado? No. ¿Cabreado? Bastante, lo suficiente como para olvidarme de ellos y guardar el bullicio del periódico en que trabajé, desde el 1 de agosto del 2003 a los últimos días de octubre del 2007… lo venidero sólo fue tensión, cotilleos, amenazas amariconadas —nunca se hicieron de frente— y demasiados rumores. Y en un lugar donde algunos periodistas sólo vivimos del sueldo que la empresa nos entrega, porque no vendemos la información que manejamos y no lucramos con la conciencia de los demás, cuidar el sitio y taparse la boca era necesario. Se llegó a afirmar, bajo el juramento del rumor, que los teléfonos y el sistema de mensajería instantánea están intervenidos. Los compañeros que laboran allí, no quieren comentar nada vía telefónica o mediante sus cuentas de correos que tienen servicio MSN.

Cuando quisieron obligarme a firmar un documento que machacaba mi dignidad, pensé hacer un verso al estilo de Ernesto Cardenal y espetárselos en lugar de mi rúbrica. Lamento no ser tan hábil y rápido… el verso se me aclaró como a las dos horas:

Que se me permita ser muy claro:

yo soy peón de rey,

no lacayo de tirano.

Peores cosas se han visto y quien sabe de libros, de historias y de cuentos de hadas, sabe que en momentos de crisis uno debe refugiarse en los buenos libros, los buenos vinos, los labios carnosos de la mujer a la que se ama, los brazos de los amigos que saben escuchar y quemar sus mejores puros. Lo demás es pura vanidad, puro llanto deforme, puro gimoteo que se lleva el viento. Ya seguí los consejos que Mario Benedetti ofrece en su poema Hombre preso que mira a su hijo:

…una cosa es morirse de dolor

y otra cosa morirse de vergüenza.

Y luego:

son macanas que los hombres no lloran,

aquí lloramos todos,

gritamos, chillamos, moqueamos, berreamos,

maldecimos, porque es mejor llorar que traicionar,

porque es mejor llorar que traicionarse…

Después leí a Séneca y a Juvenal… Terminé el breve encierro con poetas y listo. De nuevo a darle a la tecla, otra vez al ensueño y pronto, muy pronto, con un nuevo espacio. Por el momento, la función debe seguir y en unas horas tengo programa de radio que pueden escuchar a través de esta liga: http://avanradio.com.mx/conexion.html

Lunes, martes, jueves y viernes, en vivo, de 21 a 22 horas.