jueves, enero 15, 2009

Los protocolos de Obama


Era 1993. A los pocos días de asumir por vez primera la presidencia de los Estados Unidos de Norteamérica, a Bill Clinton no le interesó la logística marcada por su cuerpo de seguridad. Estrenaba su agenda como el político más poderoso del mundo y se cruzó la calle para saludar de mano a unas personas que lo admiraban. La noticia dio la vuelta en los informativos del planeta; el FBI y el Pentágono recriminaron al mandatario su gesto ciudadano. Y eso que aún no comenzaba la paranoia estadounidense, que observa potenciales enemigos por todos lados.

Dieciséis años más tarde, en la ciudad de Washington se preparan los manteles largos y los sistemas de seguridad para que un carismático político tome posesión como presidente. Lo atractivo de Barack Obama no es su brillante trayectoria académica y de gestión pública sino la simpatía que despierta entre sus conciudadanos y la parte occidentalizada de la humanidad. El color de su piel es nota extra, se trata del primer negro que en escasos días ocupará la oficina Oval de la Casa Blanca. Un tipo que despierta desproporcionadas esperanzas.

Es indudable que el martes 20 de enero, millones de telespectadores se mantendrán al tanto de la ceremonia presidencial. Se nos dice que ese relevo en el poder será un acto multitudinario, lo que de nuevo pone en vilo al FBI y al Pentágono. No hay amenazas de atentado, pero el Distrito de Columbia ya aportó y apostará a diez uniformados que mantendrán el orden en las calles de Washington.

No sólo están listas las luces y las cámaras sino también la acción. Ya están al punto las unidades aéreas especiales, por si se registra un ataque químico. Y desde este fin de semana, aviones de combate vigilarán el cielo de la capital estadounidense. Lanchas patrulleras y todo lo que puede escapar a la mente más calenturienta de Hollywood. Los que no puedan acceder a donde brillarán los reflectores, tendrán que conformarse con observar en las 22 pantallas gigantes que se han preparado.

Pero, tras la ceremonia oficial, ¿hay besamanos? No a la usanza mexicana, pero será un largo día para la nueva pareja presidencial. Sólo en Washington se han convocado setenta bailes de etiqueta. El señor y la señora Obama sólo podrán asistir a unos ocho; aunque el domingo asistirán a un concierto que le pondrá sabor latino al numerito, cantará Alejandro Sanz, entre los participantes.

Pero el hombre poderoso debe olvidarse de sus viejos hábitos. Adiós a sus cuentas de correo electrónico, a la Blackberry. Aunque será el primer presidente con una computadora personal en su mesa de trabajo, no podrá chatear a gusto.

Fuente: El País. Jueves 15 de enero de 2009.