miércoles, enero 28, 2009

Pues que busquen compadres para los centenarios

Foto: Alejandra Mateos
(Quinceañeras en el Zócalo capitalino)


El presidente Felipe Calderón, sus secuaces, los gobernadores de los estados, el titipuchal de presidentes municipales, los rectores de universidades y hasta los jefes de manzana… ellos se han llenado el pecho con el jelengue de los festejos del bicentenario de la independencia y el centenario de la revolución mexicana. Todos quieren, pero nadie ha dicho cómo lo harán.

Aunque sí, ya escuchamos que levantarán un arco. ¿Qué los asesores no le advirtieron a Felipillo que los mexicanos comenzaremos a chocotear con el asunto del pasárnoslo todo por el “arco de triunfo”? O será que los señores políticos ven las fechas aún muy lejanas. Total, antes de los centenarios vienen las campañas y ya entrados en gastos, cuando queramos acordarnos de darle una retocadita a cualquier estatua del padrecito Hidalgo, no quedará pintura dorada ni para taparle la pelona.

No importa, para el asunto de los centenarios, yo propongo la “Operación XV años”… vayamos por partes.

Todos hemos asistido, con invitación expresa o no, a los festejos donde la niña cumple quince años. Cuando se trata de un jolgorio que confirma ese despilfarro a la mexicana decimos que los padres echaron la casa por la ventana. Pero en ocasiones no falta la parienta envidiosa que a mitad de la fiesta, inyecta el rumor viperino: “se buscaron compadres para todo, hasta de medias y pasadores” y que sólo por eso la fiesta está en grande.

Sólo muy pocos de los que prefieren conservar estos gustos a la Disneylandia ahorran con mucha anticipación. El chiste de los sacrificios es que a la hora de echar campanas al pique por los quince abriles de la retoña, no corran a espantar al vecindario y a echarse como enemigos a los parientes, a quienes les dirán tacaños. Hay los padres ahorrativos que cuatro o cinco años antes del gran festejo, comienzan a comprar botellas de licor, sidras; platos, vasos y servilletas. Los despreocupados son los que dos meses antes de la celebración, corren a buscar “padrinos” y se ofenden con quien les dice no.

Y es que “padrinos” en este tipo de fiestas los hay para todo. Atienda la siguiente lista y constate lo folclórico de nuestras pretensiones, todos se tratan de los favorecedores de: vestido, zapatillas, maquillaje y peinado, libro y rosario, brindis (sidra), bebidas espirituosas (harto chupe), conjunto musical, decoración con globos, coreografía, última muñeca, vasos y ceniceros impresos con la cara de la quinceañera y otros detalles que ahora se escapan.

Visto así, el gobierno federal y los estatales pueden recurrir a los padrinos y despreocuparse si no queda un quinto para los festejos que vienen.