jueves, febrero 12, 2009

Aguilar Camín e Inzulsa al cuadro de honor


Héctor Aguilar Camín y José Miguel Inzulsa recibieron el Doctorado Honoris Causa de parte de la Universidad Veracruzana. Como lo dijo el rector Arias Lovillo, los dos personajes ingresan al claustro académico de una institución que busca ensanchar sus competencias de compromiso social y político, de saber, de cultura y de libertad. Actos de este tipo merecen un aplauso porque ingresan a la universidad pública estatal a dos figuras de trascendencia indiscutible.

En sus respectivos discursos, los intelectuales subrayaron la necesidad de llegar al fondo del presente para construir un mejor futuro. José Miguel Inzulsa destacó que la actual crisis calibrará el material con que se construyeron las democracias en América Latina. Para el intelectual chileno, será el momento de llegar a acuerdos cuando se demuestre qué tanta participación hay de todos los sectores. El escritor e historiador Héctor Aguilar Camín también lanzó dulces cañas que se convirtieron en lanzas tras señalar que los derroteros que los ciudadanos anhelan de sus políticos es la solución de problemas, no la creación de los mismos.

Fueron dos bonitos y ejemplares discursos los que el jueves 12 de febrero dictaron los homenajeados ante la crema y nata de la comunidad universitaria, empigorotada y muy lucidora de sus galas. Bravo a los intelectuales que pese al grado académico conferido por la Veracruzana no tienen un cubrebocas y las manos atadas y que, pensamos, no tienen la necesidad de venir a dorarle la píldora a nadie. Total, un avión los llevará de regreso a la ciudad de México y aquí gira la maltrecha rueda de la fortuna.

Estos actos de pompa y circunstancia validan el refrán que dice: “Es bueno tener amigos, aunque sea en el infierno”. En una universidad donde el rector en funciones es un político antes que un académico, es importante granjearse simpatías con las cúpulas intelectuales del centro del país. No importa que la Universidad Veracruzana haya caído de su “ranking” nacional y que los alumnos sean los últimos en ser convidados al banquete de Platón. La de Veracruz se trata de una institución académica que suma doctores y se muestra orgullosa por su equipo de basquetbolistas. El resto, es para que los inconformes curen su gastritis académica con lo que tengan a mano.