miércoles, febrero 25, 2009

El tianguis de las chambas

Foto: Lorian


Imagine un viaje en avión y una repentina turbulencia. El capitán anuncia a los pasajeros que deben mantener la calma, pero no todos hacen caso de sus palabras. Algunos gritan, otros se desesperan y tratan de correr hacia algún lugar, los menos repiten oraciones que no habían dicho desde la infancia y sólo muy pocos permanecen sentados, con el cinturón de seguridad atado a las piernas y en la espera de un milagro.


El avión se va a pique sobre el mar… ¿quién sobrevive? ¿Los calmados, los desesperados o los que rezaron?

Responder a las preguntas anteriores nos llevará solamente a una fantasía, porque no hay avión, ni turbulencia y mucho menos, peligro de caída. Pero si cambiamos la palabra “avión” por “crisis”, entonces la historia se convierte en metáfora y ya entrados en detalles, cuando nos dijeron: “Señores pasajeros, íbamos bien, pero lamento decirles que se va a caer la nave”.

Y de pronto, como si de magia se tratara, las medidas populistas de la administración pública, que todo lo maquilla, se ha dado en la invención de las ferias del empleo. No quiere decir que antes de la anunciada crisis en el país se registraran altos porcentajes de empleo, pero ¿no se parece esto de convocar a miles de pobladores jóvenes a la historia de que cuando el niño se ahoga, tapan el pozo?

Pero no todo es malo. Hay 20 mil vacantes de empleo en las filas de los Sistemas Penitenciarios, Protección Federal y Fuerzas Federales de Apoyo, una convocatoria lanzada a nivel federal… esto quiere decir que debemos considerar otras 31 ferias en el país, 20 mil chances para ¿cuántos miles de aspirantes?

Las abuelas le decían atole con el dedo, los señores de cuello almidonado y corbata Hermes, prefieren llamarle “Feria del empleo”.