martes, febrero 10, 2009

Slim y el traje nuevo del empeorador



El asunto quedó muy claro: Carlos Slim, uno de los hombres más ricos del mundo y habitante de la megalópolis del valle central de México, sí tiene qué perder. Por eso expresó, sin ningún empacho, que aún falta lo peor de la crisis. Obvio, de la lección ya se comprende que los ricos no mienten, los políticos, sí.


Los mexicanos seguimos lamiendo el caramelo que nos sirven las autoridades. En cualquier gran periódico extranjero las noticias son alarmantes, pero en los medios nacionales parece que nos encontramos en otro planeta. Que sí, que los europeos y norteamericanos pasan momentos muy críticos, pero en México, ya veremos: se crearán fuentes de trabajo; sólo falta que digan “Calderón mediante y la guadalupana”. Lo mismo ocurre a niveles estatal y municipal.

En Veracruz el carnaval no tenía por qué celebrarse en las cercanías del inicio de la Cuaresma. Nuestro carnaval comenzó desde que el gobernador declaró que hay una especie de blindaje para atacar la crisis. Y si de municipios se trata, el alcalde de Xalapa ya puso en marcha su programa de empleo para madres solteras, unos carritos de pintura (de color rojo, para no variar) para que ellas se encarguen de cubrir las travesuras de los grafiteros. Así contrarrestarán el desempleo. A pintar mis grafiteros, que por cada línea suya, una madre soltera asegura su chamba.

Y cuando el carnaval de casa parecía convencernos, uno de los hombres más ricos del mundo sale con que no es cierto, que todo es jarabe de pico y que las cosas se pondrán color ojo de hormiga. Hay dos réplicas para Slim, la de abuelita que añora el regreso de Porfirio Díaz y dice: “Bien se ve que Carlos Slim no emprenderá campaña para renovar el Congreso, viejo cínico”. O la de ciudadano cafetero y fumador: “¿Y de dónde le picó el amor por el pueblo de México? De todas formas, cada vez que usamos el teléfono, el viejo se hace más rico”.

Como buen rico, Carlos Slim sabe que debe cuidar la centaviza; los políticos nada más se la gastan.