lunes, febrero 23, 2009

Xalapa y sus obras

Foto: Enrique Jiménez


La ciudad asentada en las faldas del quinto cerro del Altiplano de México, en épocas de la colonia fue conocida como “La ciudad de las flores”. Ya entrado el siglo XX no faltó el eufemista que la bautizó como “La Atenas Veracruzana” y conforme pasaron las décadas, los que siempre vemos la paja en el ojo ajeno, la tildamos de la “Apenas Veracruzana”. Con motes o títulos, la ciudad es la capital del estado y se llama, por vía oficial: Xalapa-Enríquez.

No llegamos al millón de habitantes, pero fue a partir de la década de los noventa del siglo que se nos fue, que los relamidos capitalinos nos comenzamos a percatar que nuestra ciudad está en vías de ser incontrolable. Pero hemos gastado más saliva que esfuerzos y vemos que un parque cae en el olvido y nos cruzamos de brazos; atinamos en detectar el pésimo desarrollo para la vivienda y silbamos; sufrimos el caos vial por la falta de aplicación de ley y ciencia urbanas y en lugar de explicarnos ¿por qué pasan las cosas? Nos quejamos de cómo pasan.

A quienes vivimos Xalapa nos interesa cuando las autoridades municipales anuncian obras y como decimos, “manitas de gato”. Pero igual nos quejamos porque las obras, sentimos, se planean a tontas y locas, y aunque sabemos que no, eso nos parece. Mañana cumple una semana el caos vial por las obras en el viaducto central, los que hacemos parte de nuestra vida en ese sector de la ciudad, deseamos que los trabajadores apuren y los funcionarios no se tomen a pecho que recordemos a sus progenitoras.

Qué bueno que se hagan obras. Para eso hay un cajón con dinero, pero qué malo que antes de gozarlas, asumamos el sufrimiento mexicano de que para merecer hay que sufrir. Mañana las autoridades municipales anuncian que además del caos en el centro, cerrarán carriles de circulación en la avenida Lázaro Cárdenas. Sí, se fomenta el empleo, pero también el desorden.

¿Quién de los responsables no ha comprendido el refrán que dice “El que mucho abarca, poco aprieta”? ¿Pues no que les interesa tenernos contentillos como invitados a banquete de mole porque vienen las elecciones federales? Es cierto, aún no tenemos completa conciencia cívica, pero ya nos dimos cuenta que a través de las urnas, ejercemos castigo.