lunes, marzo 09, 2009

El oro azul


El agua es un recurso renovable. La anterior se trata de una frase aprendida desde la formación escolar. Conforme se avanzó en la escuela las lecciones de geografía señalaban que México era un país con una cantidad extraordinaria de recursos naturales.

La idea del agua en México como un recurso de sobra comienza a situarse en jaque. El libro “Agua, medio ambiente y sociedad, hacia la gestión de los recursos hídricos en México” (UNAM-Colmex-Fundación Gonzalo Río Arronte) ofrece una numeralia interesante, de la que se destaca: un territorio que tiene 37 ríos principales, 70 lagos y 4000 presas, presenta un 70% de contaminación en sus cuerpos de agua. El reto para el gobierno y el negocio para la iniciativa privada es uno: la potabilización del líquido y la seguridad en su abastecimiento.

El 70% del agua potable que se consume en el país es extraída de los mantos acuíferos y representa un gasto de aproximadamente 5 pesos el metro cúbico. Pero el suministro está muy por debajo del costo, cuya tarifa ronda los 1.70 pesos. Pero son razones políticas las que obligan a mantener su bajo precio y a la vez impiden una adecuada inversión para el uso de tecnologías que permitan un aprovechamiento máximo del agua.

La mitad del agua se pierde en fugas y de cada 100 litros que llegan sólo se cobran 60 o 70. Y aunque desde el año 1981 es facultad de los municipios fijar las cuotas, las tarifas no son las adecuadas y por lo tanto el gasto que se genera es subsidiado por recursos fiscales. Al no recuperarse el costo de operación, extracción, energía eléctrica, mantenimiento e infraestructura, el deterioro en la calidad del servicio es palpable. El cliente no está dispuesto a pagar por un servicio de mala calidad y los municipios deben cubrir el déficit.

La Comisión Nacional del Agua advierte que el costo mínimo que considere los aspectos del agua potable, alcantarillado y saneamiento debe situarse entre los 4.02 pesos por metro cúbico, y el máximo, de 12.40 pesos. Sería impensable pagar la media de 6 pesos, si se atendiera a la observación de la comisión nacional; pero no resulta un acto temerario pagar hasta 15 veces más el valor de un litro embotellado por alguna compañía refresquera. No, si agua es salud y así la venden los grandes consorcios que operan el mercado del agua embotellada en el planeta y que son diez.

Hagamos un cálculo para un escenario dantesco. En promedio, los mexicanos consumimos aproximadamente 360 litros de agua al día. Una botella de agua “Bonafont” en su presentación de un litro, tiene un costo aproximado de 10 pesos al público. ¿Qué ciudadano estaría dispuesto a invertir más de tres mil pesos al día, sólo por concepto del consumo de agua?