miércoles, abril 01, 2009

La razia burocrática en semana santa


Por instrucciones del gobernador Fidel Herrera Beltrán, las instituciones que pertenecen a su administración designaron, cada una, a un grupo de empleados para que días anteriores a que inicien las vacaciones de semana santa auxilien en la limpieza de los ríos y las playas de Veracruz. Es una actitud loable la de hacer que los empleados públicos se emulen a las estrellas de Hollywood, cuando tras una catástrofe ambiental acuden a recoger chapapote en las playas, a adoptar pelícanos y a salir lindos y orondos en las fotografías que reproducen las revistas del corazón.

Pero a diferencia de las estrellas de la pantalla grande, la burocracia capitalina va por órdenes del jefe mayor. Seguramente no están muy convencidos de que recoger vasos desechables, latas de cerveza, conchas de ostiones y chanclas rotas ayuden mucho para la manita de gato o por donde pasará la suegra; visitas que generarán la supuesta derrama económica que provocará la época vacacional. Con bloqueador solar o sin él, los servidores públicos dejaron sus escritorios y el acecho de los aboneros; se fueron a limpiar orillas de ríos y playas. Lo bueno es que ahora le pensarán dos veces cada que ensucien, lo malo es que no son diez ni veinte y su presencia va a causar basura. Todo sea por dar una buena imagen a los visitantes.


Estas ansias por abarcarlo todo son las que llevan a tomar medidas “limpiacionistas”. En lugar de contratar a una compañía con verdaderas cuadrillas de limpieza, se fomenta la foto donde la familia burocrática suda la gota gorda para que los sitios de recreo estén
re chulos. Pero acaso es un poco más costoso el traslado, el hospedaje y la alimentación del personal que de cotidiano se entiende con encender la computadora y llenar formas y formas, en lugar de hacerle al limpiador ecólogo.

Dicen que tras las vacaciones, el gobierno estatal volverá a organizar las cuadrillas de limpieza. La paradoja, primero se constituyen para limpia el marranero de siempre y que los turistas no se espanten; después viene la leva para reclutar a los que van a enderezar los chiqueros que dejaron los turistas. El juego del huevo y la gallina. Pero ya que estamos muy entrados con la escoba, el sacudidor y la jabonadura, ojalá que no se les ocurra exterminar pulgas, chinches, piojos y ladillas de los colchones de los cuartos de hotel.


A estas alturas, terminaremos contratando de capitán general en mando al mismo Ecoloco.