jueves, abril 02, 2009

Las placas mentirosas

Foto: Antona


Mientras que el subdirector de turismo municipal, José Luis Raymond dice que la ciudad y alrededores están más que puestos para recibir a los diecisiete mil turistas que llegarán con motivo de las vacaciones de la semana santa, el comisionado municipal de tránsito y vialidad adelanta la hora de los espantos. Miguel Ángel Briones Méndez acude a la tabla rasa y explica que los automovilistas se deben andar con cuidado y no caer en la tentación de cometer infracciones de tránsito.


La advertencia es lógica porque transgredir el reglamento de tránsito nos afecta a todos los que vivimos en la capital de Veracruz. Pero también merma los bolsillos de los infractores, pues las multas son elevadas y nadie quiere dejar la mitad de su quincena por andar de valiente y jugar a las carreritas y luego pagar la boleta. En tercer lugar, habrá los automovilistas que no quieren hacer el caldo gordo a los agentes de tránsito y dejarles propina, mejor conocida como “mordida” para quien la da y como “extorsión” para quien la pide, y esto, con tal de evitarse el gasto de pagar una multa. Hasta aquí la advertencia funciona.


Lo que Briones Valdés, regidor segundo del ayuntamiento quiere decir, es que todos coludos o todos rabones. En estas vacaciones de nada servirá que los provenientes de las “extranjías” aleguen que no sabían que no podían estacionarse en doble fila o que suban sus autos a la banqueta, porque de todas formas, los agentes de tránsito los van a multar. Como si se tratara de película gringa sementera, no servirá de nada que los implicados acudan a la inmunidad diplomática y demuestren que provienen de la hermana república de Tlaxcala o de Puebla. Castigo a los infractores, aunque vengan de la Conchinchina.


En los viejos tiempos, se suponía que los turistas merecían un trato preferencial, porque gracias a sus vacaciones venían a dejar sus ahorritos. Ya era mucha confianza aplicarles multas que derivaban del desconocimiento de los reglamentos de tránsito y vialidad. Hoy las cosas cambian, según el regidor, muchos habitantes de la ciudad de Xalapa hacen trampa y cometen infracciones amparados que sus automóviles tienen las placas de otros estados. El señor Miguel Ángel Briones ha dado en el clavo, dijo que por el modo de hablar, se reconoce al turista. Como si los agentes de tránsito se entrenaran en fonología, para el regidor, la multa viene si se habla con español: chilango, tabasqueño, del meritito norte o con sonsonete culichi. Pero también multarán si los infractores hablan como dicen que lo hacemos los xalapeños: cantadito.


Mejor hay que conducir con precaución y no tentar a la suerte o al mal oído de los agentes… mejor los conductores xalapeños que saquen sus placas originales y guarden las que lucen para hacerse de la impunidad. ¿No se da cuenta que los habitantes de Xalapa cambian las placas que los identifican como veracruzanos y colocan las de Burkina Fasso, Nueva Zelanda, Tasmania, Kurdistán y Disneylandia?


Pero está por demás, en esta ciudad no hay propinas, nadie muerde y mucho menos, nadie extorsiona. Vacaciones felices.