jueves, mayo 14, 2009

Barlett no se tapa la boca

Imagen del google

La culpa fue de Carmen Aristegui. De no haber hecho públicas las declaraciones que de todas formas iban a ser publicadas, algunos colegas se habrían limitado a preguntar otras cosas a Manuel Bartlett. Pero en su estancia en la capital de Veracruz, el político poblano tuvo que echarse al ruedo y declarar sobre el tema de moda: los embrollos y la emperejilada que se traen los últimos expresidentes priístas de México.

Ni modo, el viejo lobo de tierras camoteriles esgrimió bien las preguntas suspicaces que se escurrieron como en un listín de lo generado por las últimas noticias. Quizá porque era entrevista de esas que llaman banqueteras, pero en uno de los vestíbulos del palacio legislativo, el ex funcionario respondió con calma y con los movimientos socarrones y el gesto a punto de dibujar una carcajada, característica que distingue a ex secretario de gobernación.


Pero como le preguntaron que qué pensaba de un posible juicio a la familia Salinas de Gortari (yaaaaaaaaa, se me hace que por ahí vieron El doctor Zhivago o de perdis Anastasia y no falta quien se la crea de a revolución rusa) él dijo lo que dice cualquiera que desea librarse de la grabadora o del reportero. Pues el señor desea amanecerse en un “estado de derecho” y que triunfe el más guapo, o como viene a ser, los que le van al Revolucionario Institucional.


El caso es que la presencia del poblano era porque tenía que presentar un libro. Pero nomás parecía que no llegaba al auditorio. De pronto una voz imploró: “Dígame, licenciado, ¿Peña Nieto o Fidel Herrera?” y Bartlett apretó el paso y masculló algo. Cuando se aproximaba a la entrada del auditorio Sebastián Lerdo de Tejeda –allí es donde se manifiestan los bonitos; los feos por eso tienen la plaza Lerdo- el personaje no fue molestado con eso de echarle un “flit” de matabichos (“gel de limpieza”, decían los jóvenes que rociaban las manos de los que entraban) y menos con el asunto de ponerle un tapabocas.


¿No será ejercicio democrático? Pero cuál, para qué necesitaba “cubrebocas” si noe quiso responder a mi compañera sobre la pregunta de melón o sandía, es decir: ¿Peña Nieto o Fidel Herrera? Y la rebambaramba fue por un libro…


En el palacio legislativo de Xalapa se presentó el libro Espionaje y Contraespionaje en México. El texto promete algunos reveladores informes sobre la etapa discreta (y no la pública) de la gestión como presidente y después como “jefe máximo” de Plutarco Elías Calles. El libro lo compuso una de las hijas de los hombres más cercanos a Elías Calles y es obvio que su propia autora, Manola Álvarez Sepúlveda, dice que de no ser por hombres ejemplares —como el presidente Calles y personas como su padre- este país ya sería un estado más de la Unión Americana. Habrá que leer.