En Palacio de gobierno, el Secretario de Seguridad en Veracruz, Sergio López Esquer le espetó a los reporteros que hallar dos o tres cadáveres no es un indicador de que en el estado se incremente la violencia o se trate del refugio del hampa. No conformes, el declarante y los reporteros siguieron con los entripados. Le cuestionaron sobre la supuesta detención de un “comando armado” que el viernes pasado, detuvieron elementos policiales de Las Choapas.
El secretario les dijo que no tenían armas, luego entonces no es un comando armado, pero como el caso se le quedó a la Procuraduría Federal de la República, pues que él no sabe más. Porque los federales no están obligados a rendirle cuentas al sector veracruzano o, mejor dicho, a la secretaría a su cargo.
Esas explicaciones del secretario recuerdan a la de las caseras que atienden los portones de los edificios ruinosos. Ellas saben con exactitud las fechas de pago de cada vecino, sus vidas y miserias, pero cuando uno de ellos se queja porque las tuberías gotean o por las grietas de la pared, entonces mandan a entrevistarse con el dueño, que nunca está.
Obvio, el secretario gusta de hacer omisiones o responde a medias. Cuando se celebró el último informe del gobernador Herrera Beltrán, todos los asistentes al Palacio Legislativo pudieron observar la presencia de hombres armados y encapuchados. No estaban a la entrada, ni dando la bienvenida: caminaban por entre los pasillos que conducían al recinto legislativo. ¿Era miedo a Virginia Woolf o el mismo gobierno aceptaba que no eran suficientes las medidas de seguridad, a la entrada?
Entonces, otros reporteros le preguntaron si eran militares o policías (¿mis polis de barriada y extorsionadores de chamacos bebedores de caguamas, vestidos con uniforme verde que parecía militar, con botas negras que parecían de militares y con pasamontañas?) y el encargado de la seguridad más segurosa se escabulló como dice la canción de Cri-Cri: “Nieve, no es; fruta no es”.
Si las cosas marchan tranquilas hay que tomarlo con calma. No hacer caso de que en Internet, por ejemplo, se anuncian los servicios de cuatro agencias que brindan seguridad personal. Una está en Veracruz, otra en Boca del Río, otra en Coatzacoalcos y la última en Naranjos. En Xalapa, con Esquer tenemos.
