Hasta la tarde de ayer: hermetismo. Apenas esas seis palabras podrían declararse como un cuento que rindiera homenaje al escritor de los chispazos y la brevedad. Pero se trata de la Universidad Veracruzana y no de Monterroso. Hasta la tarde de ayer, domingo, llamadas al área de prensa de la propia universidad, llamadas a un académico de los que formaron parte del Sanedrín al que titularon como Junta de Gobierno y todo es sigilo. Parece que todos jugamos a Esperando a Godot… y nos regodeamos en ese teatro del absurdo.
La parte oficial que se volvió oficiosa no quiere declarar más allá del escueto boletín de prensa que circuló el sábado, poco después de las catorce horas y que dice…
A la comunidad universitaria y a la opinión pública: La Junta de Gobierno de la Universidad Veracruzana, con base en los artículos 4, fracción I, y 9 de la Ley de Autonomía, artículo 36 de la Ley Orgánica, y artículo 28 de su propio Reglamento, después de auscultar a la comunidad de la Universidad en sus cinco regiones y de haberse entrevistado con los candidatos que reunieron los requisitos establecidos por la reglamentación universitaria al respecto y haber escuchado sus propuestas y programas de trabajo, ha designado por unanimidad al Dr. Raúl Arias Lovillo como Rector de esta Casa de Estudios para el periodo del 1 de septiembre de 2009 al 31 de agosto de 2013.
La elección se hizo el martes 21 de julio, según consta en el documento electrónico. Desde el martes hay “nuevo” rector y los medios de información y seguramente los universitarios y los candidatos y los académicos y… todos nos enteramos hasta el sábado. ¿Alguien se olvidó de mandar el correo electrónico o estaban tan contentos que se les perdió el oficio de decisión?
Yo me pregunto lo mismo que el sábado por la tarde le pregunté a amigos académicos de la máxima casa de estudios de Veracruz. ¿Por qué se esperaron a soltar al tigre un día sábado si la decisión estaba tomada desde el martes? ¿Descuido o evitar polémica? Ellos sí me contestaron las llamadas telefónicas pero todos se negaron a declarar directamente para hacer una nota de prensa. Uno de ellos, doctor por el Colegio de México, fue más directo: “Lo único que te puedo declarar es una frase y esa no te alcanza para una nota: qué poca madre”.
Con muchas o con pocas madres, cuando la suerte pinta, lo hace parejo. Ayer la afición disfrutó de la victoria futbolera y a la mexicana: tacos, chelas, trompetas y desfiguros. ¿Para qué tomarse la molestia de seguir o indignarse por lo que estaba más que previsto? Cuando le comenté, por teléfono, la noticia a otro académico, comenzó a reírse y en lugar de una nota, me regaló una frase que, según explicó, se aplica en política: “La mujer del César no sólo debe ser honesta, sino parecerlo”.
Si fue una elección con maña, si el “nuevo” rector utilizó los medios a su alcance para promover su candidatura, si compitió con alevosía frente a los otros que se creyeron posibles sucesores del “viejo” rector, si los burócratas de Lomas del Estadio le ganaron a los académicos, si había intimidaciones para el apoyo a otros candidatos que no fueran el propio Arias Lovillo, si el “nuevo” rector tiene semejanzas con el “viejo”, si es verdad que en la política el chiquero es el mismo y lo que cambia es el marrano, entonces con el campeón, hasta que pierda.
Ahora la cuestión no es compartir alegrías o tristezas sino poner la lupa sobre las letras chiquitas del contrato. Lo que dejó la “elección” fue el aireamiento público de los problemas que lesionan a la Universidad y es obligación de los propios académicos y de los “externos” señalar los puntos débiles sin temor a la sorpresa. ¿O qué, de verdad acalambra el proceso? Lo qué sí molesta es que la Junta de Gobierno jugó a estirar la liga y soltar el misil de cáscara de naranja china hasta un fin de semana. Allí es notoria la frase bellísima que espetó mi Secretario de Gobierno cuando se refería a Fidel Herrara: el jefe es el que manda y el que manda, manda, y si se equivoca, vuelve a mandar.
Las preguntas que se quedan al aire es ¿se va a tratar de la misma Universidad que conocemos hasta la fecha? ¿Innovará en algo? ¿Ahora que ya es “nuevo” de nuevo el flamante rector, acabará con sus presentaciones faraónicas? ¿Aguanta vara de crítica o se enojará cuando nomás les dan palos de ciego? Que yo recuerde, los modos del “viejo” rector eran más o menos así: cuando lo emplazaron a huelga, su área de prensa boletinó al estilo más puro de la revista Alarma que morían las dos primeras víctimas por la huelga. En efecto, una chiva y un conejo que se quedaron encerrados en un laboratorio de la facultad de Veterinaria.
Y con el campeón, hasta que pierda.