Foto: Lorian
Los diputados que conforman la prole Revolucionaria de la LXI Legislatura, ya lo he comentado, son una bonita familia donde hay de todo, desde las hijas casaderas hasta los vivillos. Pero los integrantes de la bancada de Acción Nacional también tienen lo suyo y hay ocasiones en que dan la nota uno por uno o de plano prefieren indignarse por las travesuras de sus primos lejanos, los priístas.
Los panistas no responden, en bloque a las supuestas pretenciosas órdenes del gobernador Fidel Herrera Beltrán y son, del bloque distinto a los diputados que conforman la bancada priísta, el segundo grupo legislativo o la fuerza dos después del tricolor. No hacen mayoría y saben que su voto, que sus decisiones y afirmaciones no pasarán del enfado o el rodillazo político, pero algunos de sus once integrantes han tomado gusto por emplear la tribuna.
El empleo de la tribuna de los diputados panistas no significa que siempre hay ejemplos de buena oratoria o de lecciones morales, cosa que agradecen los otros legisladores y el escaso público que asiste a las sesiones. También les gusta divertirse y emplear sus mejores herramientas de humor, como si muchos de ellos fueran especialistas en Groucho Marx. ¿A quién se le olvida cuando un priísta acusó de enriquecimiento ilícito al líder la bancada panista, Alejandro Vázquez Cuevas?
Para eso también sirve la máxima tribuna de Veracruz: para que los señores diputados de un partido y de otro suban para acusarse, ofenderse y en algunos muy contados casos defender al pueblo que los mantiene. Cuando aquel priísta acusó al “Pipo” Vázquez Cuevas de enriquecimiento no lícito, el líder panista dejó a un lado su computadora personal, una mini, para estar a la moda y desatendió su página de “feisbuc” para argumentar en su descargo…
Que él, del clan Vázquez Cuevas, venía de una familia con orígenes humildes pero muy trabajadora. Dijo que lo podían investigar y en un gesto de actitud republicana explicó que la ropa que llevaba puesta en ese momento, tenía orígenes también humildes. No, no llegó al punto de la exageración de mencionar que los pantalones eran de su abuelo y la chaqueta de su papá, pero aclaró, en la tribuna, que el costo total de la ropa que vestía no ascendía a los mil trescientos pesos. Nomás le faltó decir que la adquiría en las desaparecidas cadenas Ekali.
Pero la tribuna a la que suben los diputados panistas que piden la palabra no es siempre para lo mismo, es decir, para echarse las pláticas de cuando eran o fueron pobres y de cuando ya comían tres veces al día y con manteca. Apenas ayer durante la sexta sesión ordinaria del segundo receso fueron tres los panistas que tomaron la palabra y que claro, levantaron vuelo.
La diputada cordobesa María de los Ángeles Sahagún Morales subió para gestionar o proponer que debe existir una comisión especial que ordene la intervención de las tesorerías municipales. Es decir, un organismo que no lo pida por las buenas sino que tenga la capacidad legal para llegar a una Tesorería Municipal y cerrar el changarro para revisar por dónde están las verdaderas goteras financieras del ayuntamiento. Esto lo aplauden todos los que se quedan con dudas sobre las administraciones de sus alcaldes.
Para mostrar que no subió a la tribuna para decir tonterías, la legisladora panista puso nomás como ejemplo el gobierno de su coterráneo Juan Lavín Torres, a quien deben visitar interventores. ¿Y qué hace uno de ellos? Intervenir porque los números no cuadran. La diputada, a quien algunas voces apuntan como posible candidata a la presidencia municipal de Córdoba, para el siguiente trienio, relató algunas de las faltas en las que incurre el alcalde: dos obras detenidas, el centro del convenios y uno de alto rendimiento ¿y el dinero?; el ayuntamiento es dadivoso y “ayuda” pero no se sabe a quiénes… compra de un terreno con precios más que elevados.
Ya lo dijo la diputada, ¿es por ayudar a sus paisanos o no quiere un ayuntamiento endeudado hasta los calcetines porque supone conocer de cerca a quien será el próximo alcalde?
Por su parte, el diputado panista, claro, Antonio Remes Ojeda desdijo los juramentos del secretario del Trabajo y Previsión Social, Américo Zúñiga. El funcionario del gobierno fidelista ha repetido que según los datos que les proporciona el Instituto Mexicano del Seguro Social, la tasa de desempleo en Veracruz es una de las más bajas del país. Remes Ojeda opina lo contrario: “…se debe hacer un estudio socio económico de toda la situación laboral en nuestro estado, es decir, cuantos empleos son temporales, cuántos son permanentes, si los sueldos otorgados a los trabajadores son suficientes; ya que hay empresas que tal parece que hay que pagarles porque los trabajadores laboren ya que existen sueldos tan risorios como $900.00 pesos quincenales, y peor aún si faltan por alguna causa, les descuentan $200.00 pesos , que no es esto una nueva clase de esclavitud?”
Puede ser que el diputado Remes Ojeda tenga recursos oratorios, pero no se le escapan datos de los que los diputaos priístas ya no prefieren ni recordar. No todos los empleados son pobres, el panista advierte: “Es una incongruencia ver los sueldos de funcionarios como los Consejeros del IEV, comparados con los de un profesionista normal, está de más decir que están fuera de la realidad, son risorios los sueldos que gana un ingeniero, un abogado o un doctor comparado con los que ganan funcionarios de alto nivel, y peor aún son patéticos si toma uno en cuenta este tipo de sueldos para comparar lo que ganan los miles y miles de jóvenes que se emplean en cualquier cosa para llevar el sustento a su hogar.”
Unos hablan de los precios de sus camisas, otros de los bandidos que tienen a un lado y otros de trabajadores.