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Según la conseja popular: “Donde se llora, ahí está el muerto.” Pero sucede como en los primeros testimonios donde se narra el infortunio de los atropellados...
Jorge Duarte, en Orizaba, a sazón del presupuesto 2010 para Veracruz: “Ya es hora del postre para recibir todo el recurso para la infraestructura, para desarrollar, para promover las plazas de inversión, para generar las fuentes de empleo, para las plazas de ocupación que requieren los trabajadores.” ¿Habrá mucho dinero y todos seremos felices? La crisis mundial no llega a Veracruz, se pasó como burro por su casa, por delante.
Pero el diputado panista Federico Salomón Molina no lo ve con los mismos binoculares. Cuando le preguntaron si le gustaría ser presidente municipal hizo cara de circunstancia y dijo que para heredar deudas, mejor se quedaba en su casa. “Sabemos que hay ayuntamientos que están en banca rota por tantos compromisos financieros que han adquirido los alcaldes en turno… hay comunas que están prácticamente en quiebra financiera” y agregó que los alcaldes, no conformes con ello, siguen de pedinches.
No todos piensan lo mismo. El profesor Fernando González Arroyo, a quien le vaticinan el triunfo para que despache como presidente municipal de Martínez de la Torre dice que está muy a gustito como diputado: “Yo no me voy, yo estoy bien aquí en el Congreso y espero terminar la gestión de 3 años para que fui electo.” Al diputado se le olvida que a veces le da por la desmemoria: “Ah, el Agrocentro se vendió” ¿y ahora le van a creer que le agarró harto cariño a la curul?
Hay suficientes motivos para querer mucho el desempeño legislativo en la actual LXI Legislatura. ¿Qué empleado afirma que se va antes de cobrar el aguinaldo? 58 mil por el sueldo mensual, 100 mil de aguinaldo y un ahorro de 240 mil anuales… pues como que sí alcanza para comprar la camionetota y hasta pagar los estados de cuentas bancarios.
Pero quién los entiende, Américo Zúñiga, secretario del Trabajo y Previsión Social dice que el entrante 2010 no será tan sencillo. Ya pidió a los empresarios que no se adelanten con asuntos de despidos laborales. “Estamos haciendo llamados a los empresarios, a los trabajadores para que seamos solidarios con el estado de Veracruz, lo que debemos preservar, además de la calma es el fomento al empleo, debido a que de esa forma es como tendremos crecimiento”. Si Américo no conoce los versos de Pessoa, le dio al clavo: “No tienen prisa el sol y la luna y salen todos los días.
Depende mucho la comodidad de la silla y la panorámica. Mientras que para Américo Zúñiga se trata de guardar la calma, para Juan Carlos Stivallet, presidente de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo, hay variantes. “La mayoría de las microempresas están atendidas por familiares y generalmente son personas mayores de 40 años, que no tienen derecho a jubilación u otro tipo de prestaciones. El gran problema será que debido a su edad, al no tener una fuente laboral, difícilmente se podrán incorporar otra vez al sector productivo. Son personas que no podrán encontrar fácilmente otro empleo” y ni llorar es bueno. En la zona de Xalapa peligran 300 microempresas. ¿Y en español se dirá “microempresa” a la tienda de barrio, a la tortillería, al expendio de verduras o a los Oxos y demás garitos?
¿Hay, hubo o habrá dinero? Si los funcionarios que están al frente y saben cómo marcha el negocio no quieren mancharse las mangas, pues menos permitirán que de sus bocas salga una declaración que pudiera hacer enfadar al jefe. Por ejemplo, hay sesenta ayuntamientos que están en fila de espera para que el Congreso del Estado les autorice solicitudes de préstamo. En un idioma menos rebuscado, a eso se le llama deuda. Pero los representantes populares, que son un muestrario de lo que en verdad es el pueblo, se echan la bolita. “No hay dinero por culpa de la federación” dicen los priístas y los de Acción Nacional contestan: “El gobernador se lo gastó en las campañas.”
Pero si de lo que se trata es de ser ahorrativos y no despilfarrar los centavos. Ahora no falta servidor, candidato o pregonero que no repita la palabra “republicano.” Todo debe ser bajo un concepto “republicano”: el informe del gobernador, las campañas políticas, los gastos en las dependencias, el pago de las cuentas de teléfonos celulares y hasta el papel para limpiarse la cola. Resulta que después de muchos años se acordaron de una de las secuelas juaristas, que fue la defensa y consolidación de México como una república. ¿O querrá decir que republicano es “sin lujos”?
Cualquiera que conozca la anécdota escatológica del escritor español Camilo José Cela, sabrá que es mejor andarse con métodos republicanos, sobre todo cuando se trata de zonas a las que es mejor tratar sin muchas sofisticaciones. Al viejo le divertía contar que mientras sufría los escalofríos de una fiebre, su mujer envió a buscar al médico. Tras la auscultación, el galeno recetó medicamentos y como un paliativo que haría bajar muy rápido a las temblorinas, también recetó supositorios.
Quien al final de sus días fuera el orgulloso marqués de Iria Flavia, relataba que durante aquella fiebre, la temblorina lo hizo bajar la guardia. Pidió un supositorio a la esposa y él mismo lo colocó en el lugar indicado. Acto seguido, se quejaba: “Mujer, que esto me rasca, que me rasca.” Y luego de muchas quejas, Camilo José Cela, el premio Nóbel, relataba que sí, le rascaba mucho porque a él nadie le dijo antes aquellas sabias palabras que le había reiterado su mujer: “Pero Camilo José, pues sí que 'rasca', a estas cosas hay que quitarles el papel de estaño.”