sábado, febrero 13, 2010

Chachareros: No dejamos la venta en bajos de ayuntamiento hasta que las autoridades solucionen el conflicto

Con esta, son ya tres semanas en que el acceso al edificio que alberga al ayuntamiento capitalino está “invadido” por comerciantes informales. La entrada, por la calle Enríquez, se ha convertido en un pequeño tianguis donde se expende desde ropa usada, zapatos de plástico, películas piratas, recuerdos por san Valentín, hasta cebollas, coliflores y betabeles. El problema se debe a que los denominados “chachareros” que ofrecen sus productos varios en diversos mercados ambulantes de esta ciudad, fueron desalojados de “sus lugares” de trabajo, sobre todo, en la zona de El Dique, donde cada jueves se realiza el mercado ambulante.

“No vamos a irnos, porque el alcalde debe comprender que nosotros vivimos de estas ventas y si al principio de nuestra protesta las personas que caminan por aquí nos veían de mala forma, pues se han acostumbrado y como no tenemos la oportunidad de vender en los lugares de siempre, pues aquí estamos,” declaró el comerciante T. Muñoz, a la vez que “daba precio,” ochenta pesos cada juego de gafas.

“La venta es relativa, es fin de quincena pero no está la bonanza. Pasan las muchachas y les llama la atención la mercancía, se prueban los lentes, pero nomás eso.” Y cuando se le preguntó sobre la situación en la que van las negociaciones, el comerciante dijo: “Pues el alcalde ya dijo que nos quiere reubicar, pero que tomen en cuenta que nos van a desplazar de un espacio que nosotros hemos atendido por años y que de alguna forma, pues digamos que nos pertenece.”

El comerciante explicó que el pasado jueves, él y otros “chachareros” acudieron al mercado ambulante de El Dique, a ocupar los lugares de siempre (las amplias banquetas adoquinadas que están sobre la avenida Venustiano Carranza) pero que desde muy temprano, “cinco o seis de la mañana” los sitios ya estaban ocupados por otros comerciantes: “Los que se dedican a la venta de la verdura y que sabemos que están afiliados o que los protege la Croc.”

“Para evitar enfrenamientos por el espacio, lo que decimos es que vamos a seguir aquí, en palacio municipal, ahora sí, al pie de la lucha diaria y con la venta de nuestros productos. Nosotros sólo vivimos de esto ¿y qué hacemos si nos quitan buenos lugares y las autoridades nos quieren mandar a las calles por donde casi no transitan los clientes,” finalizó T. Muñoz, porque debía atender a una pareja de adolescentes que preguntaba por el precio de un muñeco de un Cupido de plástico.